Tabasco crimen de corrupción y negligencia
Más de un millón de damnificados en el estado de Tabasco es el saldo que el gobierno del PRI-AN ha causado en el estado del sureste. En 1999 Tabasco sufrió graves inundaciones, el peligro desde entonces ha estado latente y el gobierno no hizo algo efectivo, para enfrentar otra situación similar – que se veía venir – lo que es verdaderamente criminal. También hay indicios de que la presa La Peñita, soltó de golpe mucho más agua de lo debido y que estaba al límite de su capacidad, porque no puso a trabajar las turbinas de la presa para favorecer a las empresas privadas, ya que el gobierno está comprometido a comprarles energía. Así en vez de usar el agua de la presa para generar más energía la CFE dejó que ésta se acumulara en exceso y luego la soltó de manera criminal.
Un total de 670 localidades de los diecisiete municipios en los que se divide el estado están inundadas por el desbordamiento de siete ríos: Grijalva, Usumacinta, Samaria, Carrizal, Mezcalapa, Octolotan y La Sierra, a causa de las fuertes lluvias que han azotado la región, que incluye a Chiapas, desde hace más de una semana. Los desbordamientos arrasaron tanto zonas rurales y urbanas, populares y residenciales. Se han perdido el 100% de las cosechas de maíz, arroz, sorgo, plátano, aguacate y coco.
Para ocultar su crimen el gobierno le hecha la culpa al frente frío, a la marea alta, al temporal de lluvias, a un sistema de baja presión y a la apertura de la presa peñitas. Los desastres naturales han existido y existirán, pero los daños de estos pueden ser mitigados y hasta eliminados con una política de prevención. Esta es más necesario que nunca en los días que corren, debido al calentamiento global. Los gobiernos de Madrazo, Andrade y Granier recibieron 2,060 millones para el proyecto integral de inundaciones y 4,500,000 del gobierno federal y sin embargo no hicieron nada. La inundación ya había sido prevista y esperada por los expertos desde hace años, pero desde hace años los gobiernos del PRI de Madrazo, Andrade y el de Granier y el gobierno de Fox no invirtió en el Plan Hidráulico necesario, no se construyeron mas presas, ni carreteras, no se trabajó en el reforzamiento de los cauces de los ríos y de los diques, ni se hizo labor de desazolvado para que las aguas se canalicen al océano, la Planificación Urbana para evitar asentamientos en lugares de riesgo ha estado ausente y se malgastaron irresponsablemente millones de pesos del Programa Integral contra Inundaciones. Antes de la tragedia se pudieron usar sistemas de alerta temprana, pero la atención del gobierno no está en salvaguardar a la población.
El actual sistema político mexicano, el gobierno del PRIAN ha demostrado su fracaso completo e incapacidad para asumir las responsabilidades que tiene ante la sociedad.
En años pasados, debido al súbito aumento de los precios del petróleo, el gobierno federal ha tenido fondos extraordinarios. Todo se ha ido al caño de la corrupción, la que se dio incluso en el Fondo de Desastres Naturales (Fonden) en el gobierno de Fox.
Con cinismo, Felipe Calderón clama para que todos los mexicanos ayudemos a enfrentar la crisis, sabiendo que desde ya el pueblo por su propia iniciativa y con sus propios recursos ha comenzado la ayuda espontánea a la población al estado de Tabasco. Sabiendo también que la responsabilidad (porque él maneja nuestros dineros) de enviar toda la ayuda y recursos humanos y materiales es del gobierno federal. Pero su gobierno ha preferido invertir 7,000 millones de dólares cada año en la militarización del país y el apoyo al gobierno de George W. Bush en su política bélica criminal que en destinar los recursos necesarios para garantizar el bienestar de la población. El gobierno de Fox tuvo a bien subsidiar a través del SAT con 679, 691 millones de pesos a los grandes empresarios, vía devolución de impuestos, pero no tuvo para la Prevención de Desastres Naturales que ya estaban anunciados.
En este sistema fracasado, este desastre servirá una vez más para canalizar miles de millones a los bancos y las televisoras, que son las que canalizan la ayuda, obteniendo para sí beneficios de todo tipo, en vez de que esta función socialmente necesaria sea ejercida por el gobierno que nos debe representar a todos y no por grandes corporaciones privadas que siempre buscan el lucro.
Pero para hacer esto realidad, hace falta un gobierno democráticamente electo y que represente los intereses del pueblo, que es quien debe decidir. Para esto hace falta seleccionar, nombrar y mandatar a sus representantes, que han de actuar en beneficio de la sociedad y no de los negocios privados.