Delegados, votos y toma de decisiones
Los resultados de la votación del 5 de febrero, como las anteriores, dejan muy claro que el voto popular no decide los resultados. En vez de esto, los dos partidos y sus delegados son quienes deciden el resultado. Esos delegados son usados en primarias y caucuses, la diferencia principal es que las primarias involucran a un mayor número de votantes que las caucuses, pero ambas involucran a los votantes sufragando.
En un sistema complejo, diseñado para esconder el hecho de que los votos no son los que deciden, los partidos demócrata y republicano determinan el número de delegados que recibe cada estado, y en muchos casos, el numero de delegados para cada distrito congresional en cada estado. El “voto” de las primarias y caucuses no es para elegir al candidato, sino para escoger a los delegados que se van a plegar a votar por el candidato en la convención estatal del partido. Esas convenciones estatales eligen delegados a la convención nacional. Dependiendo del estado, los delegados a la convención estatal pueden cambiar su compromiso, particularmente aquellos que se comprometieron con candidatos que se han retirado de la contienda, o en el caso de un voto muy cerrado en la convención. En algunos estados, se les requiere a los delegados de candidatos que se han retirado a que voten por el candidato puntero en otros no.
Adicionalmente, la manera en que republicanos y demócratas calculan a los delegados es arbitraria y cambia de un estado a otro estado. Para los republicanos, en algunos estados el ganador se lleva a todos los delegados, como ocurre en la elección general. En otros, es proporcional. Basándose en el método de que el ganador se lleva todo, que en sí mismo es un medio de eliminar votos, John McCain tiene ahora muchos más delegados – aunque el voto popular es muy cerrado. Así mientras que McCain tiene como 4.8 millones de votos y Mitt Romney cerca de 4.1 millones, la suma de delegados es de 683-133 a favor de McCain. Es claro que los votos no cuentan.
Los demócratas usan el método proporcional para contar los delegados. Aun así, varía la forma en que se calculan las proporciones. En algunos estados, el voto se mide, dándolo más delegados a determinados distritos que tuvieron mayor flujo de votantes, o donde fue electo un demócrata, etc. Esos delegados conocidos como “bonus” no están basados en la población del distrito. Esta es una de las razones por la que el voto popular y el voto de los delegados puede variar, tanto así que un candidato puede perder en el voto popular y ganar más delegados, como ocurrió con Obama en Nevada.
Adicionalmente, como ahora se ve en las noticias, hay los que llaman los superdelegados de ambos partidos, con reglas que varían para cada partido. La mayoría de esos delegados son oficiales electos, mientras que algunos son funcionarios partidarios no electos, antiguos congresistas, etc. Esos superdelegados pueden respaldar a los candidatos durante las primarias, pero sus votos no se cuentan hasta la convención nacional. Sus votos no están vinculados al voto popular. Ellos representan como el 15 por ciento de los delegados, que en una elección cerrada, como la actual, pueden ser decisivos en el resultado. Lo más común, según las necesidades, los superdelegados son usados para respaldar y asegurar el triunfo en la nominación del candidato de la cúpula partidaria, aún si no tiene la mayoría del voto popular.
Es importante reconocer que los superdelegados son parte del sistema electoral y que están diseñados para obstaculizar la decisión de los votantes. Son los dos partidos de los ricos, los demócratas y los republicanos los que deciden quienes son los candidatos, y aún dentro de sus mismas filas, deciden quienes son los candidatos “punteros” y quienes sólo “hacen el juego” repartiendo los fondos y la cobertura de los medios de acuerdo a esto. Los dos partidos también toman todas las decisiones concernientes al como y cuando van a organizarse las primarias y las caucuses, que votantes pueden y cuales no participar, como se van a contar esos votos, como se deciden los delegados, incluyendo que al final los que deciden son los delegados en cada convención nacional del partido. Y generalmente, hay pocos requerimientos legales que vinculen el voto de los delegados al voto popular una vez que están en la convención.
También, los dos partidos determinan los requisitos para participar en la votación en cada estado, para el registro de un partido político y para determinar los pasos necesarios para estar en la votación en cada estado, así mismo lo que se necesita para que los candidatos independientes están en la elección. Todos esos requisitos se imponen para obstaculizar la participación, no para impulsarla. Mucha gente, por ejemplo no se han dado cuenta que el Partido Verde tuvo primarias en cuatro estados, incluyendo California e Illinois.
De ésta manera, muchas decisiones vitales que excluyen al pueblo del proceso de toma de decisiones ya se han tomado mucho antes de que se deposite un solo voto. Es un sistema antidemocrático en el que los votos de la gente no cuentan y en el que las decisiones que toman los partidos de los ricos garantizan que ellos van a tener el poder, mientras el pueblo es despojado del poder.
Entonces, el tema de los delegados, viene a ser uno de los mecanismos para que los partidos sigan mandando, aún si el voto popular se expresa en contra del sistema de partidos. También son formas para que diversas facciones de los partidos, con raíces en los estados digan su opinión.
Hablando de la situación actual, los demócratas están atrapados en un dilema en el que Barack Obama fue impulsado como un candidato que iba a causar entusiasmo y movilización entre el pueblo para favorecer a los demócratas, pero sin ser un candidato con expectativas de triunfo. Él fue impulsado en un momento en el que la gran mayoría de la gente están enojados con ambos partidos y el rumbo en el que han encaminado al país. Hay un amplio descontento y la legitimidad de las mismas elecciones están en duda. En particular los demócratas, han perdido credibilidad dado que ellos fueron electos como mayoría en 2006 para poner fin a la Guerra y no lo han hecho. Ni han detenido la tortura, cerrado Guantánamo, ni han detenido muchos otros ataques contra los derechos del pueblo aquí y en el extranjero. Al contrario, han contribuido a que todo esto continué. Obama fue incluido para dar legitimidad y una imagen nueva y joven para el cambio. Él es una persona que pudiese tomar posiciones contra el sistema, como una válvula de escape para éste. El que sea afro americano se vio como un plus para jugar ese rol. Sin embargo, no había la intención de que él ganara.
Ahora, los demócratas están metidos en una situación en la que no pueden suprimir el movimiento que se ha construido alrededor de Obama, un movimiento que representa principalmente el rechazo del pueblo hacia los demócratas y su traición, más que el voto por Obama y por sus posiciones. Es reconocido generalmente que él y Clinton defienden el mismo programa a favor de los ricos y por la continuación de la Guerra y la represión. Los votos por Obama, especialmente los de los afro americanos y los jóvenes, muestran que ellos están retando a los demócratas, insistiendo en que Obama llegue a ser el candidato. Poca gente cree que los demócratas y los poderosos a los que representan vayan a permitir que esto ocurra. De hecho, mucha gente está ya expresando inquietud sobre la posibilidad de que lo asesinen o lancen una campaña sucia para prevenir su candidatura.
Los demócratas están maniobrando y previniéndose para no verse en la necesidad de tomar tales medidas, que agudizarían enormemente la crisis que amenaza a los círculos de poder. Así también, si los demócratas maniobran en el conteo de delegados y especialmente en el uso de superdelegados para impedir la candidatura de Obama, su crisis de legitimidad y la de todo el sistema se intensificaría aún más.
En un esfuerzo para minimizar esos problemas, los demócratas están hablando acerca de cambiar las reglas en medio del juego. Ellos están considerando tener otra vez el voto de Michigan y Florida, para que esos delegados puedan contra. Se espera que Clinton tenga mayoría de votos en ambos. Ellos también piensan en que teniendo el voto de los superdelegados en el mismo sentido en el que voto su estado también resolvería el problema. Esto significa que en los estados más grandes, como Nueva York y California, donde Clinton sacó más votos y Obama obtuvo 40 por ciento o más, los superdelegados de esos estados irían a favor de Clinton. Así estos movimientos que quieren hacer son para favorecer a Clinton.
Podemos ver que nadie está llamando a eliminar el sistema de delegados y cambiarlo por el del voto popular directo. Nadie esta llamando a eliminar los arreglos actuales en los que los demócratas y republicanos son quienes toman las decisiones en éstas cuestiones cruciales en contra de la voluntad del pueblo y de su demanda por un cambio que favorezca al pueblo. En gran medida, el debate acerca de los superdelegados es una cortina de humo para esconder el hecho de que en sí todo el sistema de delegados y el método de que el que gana se lleva a todos los delegados es antidemocrático y está diseñado para evitar que los votos sean lo que cuente. Y ahí están también todos los mecanismos que usan los demócratas y los republicanos con los requisitos para ser registrados para votar y el que esos registros estén basados en los partidos, que es otro método de obstaculizar la participación de los votantes. No hay nada neutral ni democrático en éstos arreglos. Son los ricos y sus partidos los que deciden.
Lo que es necesario en la situación actual no es solo la eliminación de los superdelegados, sino la eliminación de todo el viejo e ilegítimo sistema electoral que no corresponde a las necesidades de la sociedad moderna – en la que debe ser el pueblo el que decida y gobierno y el sistema electoral debe servir a esa necesidad.
Voz de la Revolución anima a todos a continuar usando las primarias como un terreno para retar al sistema e impulsar el programa del pueblo de discutir y organizarse para un sistema en el que cuenten los votos de la gente, y donde sea la voluntad del pueblo la que decida. Manda cartas, discute en blogs, manda materiales a nuestra página web, participa en foros públicos — Incorpórate!