El hambre empeora mientras los programas gubernamentales fracasan en la satisfacción de necesidades

Aproximadamente 36.2 millones de personas en los Estados Unidos sufrieron hambre durante 2007, cerca de 12.4 millones de ellos, niños. Hubo un 50 porciento de incremento en el número de niños que padecieron hambre en comparación a 2006, lo que significó un incremento de más del 60 porciento en niños sufriendo hambre de forma sistemática -- aproximadamente 700,000 niños en 2007. El número de adultos mayores con baja seguridad alimentaría creció un 26 porciento. Los niveles son realmente más altos pues el dato no incluye a las familias en situación de indigencia. Las cifras se reportaron en un estudio sobre seguridad alimentaría llevado a cabo anualmente por el departamento de Agricultura (USDA).

De acuerdo con el estudio, de los 36.2 millones padeciendo hambre, cerca de un tercio enfrentaron la más severa "sustancial inhibición a su ración alimentaría". Ello representa un incremento del 40 porciento desde 2000 en el número de gente dentro de esta categoría. Para 2007, 11.9 millones de individuos entraron en el grupo de "los que más padecieron hambre".

Del estimado de 4.7 millones de familias que padecieron "muy baja seguridad alimentaría", 98 porciento se preocupó porque el alimento se terminara antes que obtuvieran recursos para comprar más. Algo así como 94 porciento reportó que no pueden pagar alimentos balanceados. La mayoría de las ocasiones los padres se quedaron sin comer de tal forma que los niños pudieran hacerlo, o los hermanos mayores se sacrificaron para que los más pequeños pudieran comer. No obstante el empeoramiento de las condiciones, no hay planes actualmente para incrementar los fondos en programas alimentarios gubernamentales y de hecho hay la posibilidad de que tales fondos se recorten.

La investigación ha revelado que el hambre y la desnutrición tienen un impacto profundo en el desarrollo mental y físico de los niños en edad preescolar y escolar. Éstos son más propensos a mostrar altos niveles de enfermedades crónicas, ansiedad y depresión, así como incapacidad para el aprendizaje derivadas del impacto de la mala nutrición y el hambre en el cerebro. La creciente incertidumbre sobre la capacidad para proveer los alimentos adecuados es devastadora física y mentalmente para los padres y la familia.

En 2007, la línea federal de pobreza se estableció a $21,027 para una familia de 4, monto con el que no se es capaz de proveer suficiente alimento y nutrición, vivienda, servicios y otras necesidades. En aquellos hogares donde el ingreso cae por debajo de esta línea, la inseguridad alimentaría se colocó en un 37.7 porciento. Se estima que al menos 10 millones más de personas entrarán al círculo de pobreza en Estados Unidos si la tendencia actual continúa.

El porcentaje de inseguridad alimentaría fue de 22.2 porciento para los hogares Afro-Americanos y 20.1 porciento para los hogares Hispanos. La inseguridad alimentaría también prevaleció mayormente en aquellos hogares encabezados por un sólo padre, en los casos en que hubo niños — 30.2 porciento de tales hogares estuvieron encabezados por mujeres, 18 porciento por hombres.

Con un seguimiento de 3 años, de 2005 a 2007, los estados que reportaron las cifras de hambruna más altas fueron Mississippi (17.4 porciento), New México (15 porciento), Texas (14.8 porciento), y Arkansas (14.4 porciento).

Los cupones y fondos bancarios para alimento se incrementan
Las condiciones de hambre para millones de familias se incrementa con rapidez y aunque existen programas gubernamentales — El programa de cupones de comida, El programa Nacional de Almuerzo Escolar y el Programa Especial de Nutrición Suplementaria para mujeres, Infantes y niños (WIC por sus siglas en inglés) — la ayuda para comida comunitaria aún es limitada para satisfacer las necesidades de las familias, en especial las de las mujeres y niños. De la misma forma, los gobiernos del nivel estatal y federal han eliminado muchos programas de asistencia general. Al mismo tiempo, persiste la falla gubernamental para asegurarse que los seleccionados por programa realmente sean los beneficiados — sólo 40porciento de las familias elegidas realmente reciben los beneficios.

Las cifras actuales de la USDA muestran que un número récord de Americanos, 30 millones, reciben por el momento cupones alimentarios, beneficios disponibles a la gente de bajos recursos o sin ellos. Ese total superará el récord previo establecido para las necesidades que generó el Huracán Katrina en 2005. El número de aquellos que hicieron uso de los cupones alimentarios creció 9.6 porciento, que es algo así como 2.6 millones de personas, de agosto 2007 a agosto 2008. Se espera que ese total continué en aumento rápidamente. Ya en 25 estados, al menos uno de cada 5 niños recibe tales cupones.

Una familia estadounidense promedio gasta $184 por persona por mes. El beneficio promedio de un cupón alimentario por persona mensualmente es $95. El máximo monto por tales cupones por cada persona mensualmente es $176, el mínimo, $14. Una familia de 4 puede recibir un máximo de $588, una familia de 8, $1,058.

Las familias que se beneficien de estos cupones deben tener un ingreso menor a 130 porciento del nivel federal de pobreza. Las familias con ahorros de más de $2,000 quedan fuera de recibir este beneficio.

El departamento de Agricultura (USDA) reporta que 39 porciento de los que reciben los cupones alimentarios tienen un ingreso de la mitad o menos de la cifra de pobreza del gobierno federal, y aproximadamente 15 porciento no cuentan con ingreso alguno. Aproximadamente 70 porciento de los hogares en tal programa, ahora oficialmente conocido como Programa de Asistencia de Nutrición Simplificada, no cuentan con recursos cuantificables tales como efectivo o inversiones.

Los niveles de ingreso necesarios para sostener una familia de 4 se estiman en al menos dos veces el nivel oficial de pobreza. En el área de la Ciudad de Nueva York, para una familia con 4 miembros, El instituto de Políticas Económicas "Contador de Presupuesto Familiar" pone la cifra en $68,000; en el área de Los Ángeles-Long Beach en $54,000; y en el área de Detroit-Livonia-Warren, Michigan en $44,000. Si se usara esta medida, de alguna forma más precisa, el porcentaje de Americanos viviendo en pobreza sería de al menos 30 porciento.

Conforme los despidos se multiplican y los precios por la comida, la salud, la vivienda y la calefacción aumentan, las ciudades del país reportan también aumentos considerables, de más de 30 porciento en muchas áreas, en el uso de bancos de comida. En Nueva York los reportes son que para 2007 más de uno de cada 5 niños (397,000) se apoyaba en comidas comunitarias, más de 48 porciento de 269,000 en 2004. Aproximadamente 1.3 millones de habitantes se apoyaron en esta comida de emergencia en 2007.
CBS News reportó que 10,000 personas llegaron a la celebración anual de Día de Gracias en Los Ángeles el martes 25 de Noviembre. En Dallas, el número de visitas a los refugios alimentarios "es mayor que 25 porciento" como comentó CBS. "Es mayor que 33 porciento en Chicago y 41porciento en Los Ángeles", de acuerdo con Alimentando América y Banco de alimentos de Los Ángeles.

"En uno de los bancos de alimentos en Los Ángeles están trabajando 18 horas diarias y embarcando 1 millón de libras de alimento a los refugios semanalmente, pero aún no es suficiente tal labor para satisfacer la creciente demanda".

Las visitas a los refugios alimentarios en Washington, DC son de "más de 20porciento" de acuerdo al Washington Post, y "las llamadas al área del banco de alimentos de la Capital han brincado 248 porciento". La mayoría de las llamadas provienen de gente que nunca antes había usado el servicio.

Las donaciones a los bancos alimentarios han crecido a nivel nacional aproximadamente 18 porciento pero la demanda ha crecido 25-40 porciento, de acuerdo con lo dicho por Alimentando América, uno de los grupos que a nivel nacional se está organizando para proveer comida. Los activistas en el campo esperan que los niveles de hambruna se incrementen todavía más. James Weill, presidente del Centro de Investigación y Acción alimentaría dijo, "hay razones para pensar que los incrementos en el número de gente con hambre serán muy, muy grandes con base en el incremento en la demanda de agencias de cupones alimentarios, comida comunitaria y en general en toda la estructura de servicio social, que hemos observado este año."



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