La brutalidad policial contra nuestras comunidades es un asunto electoral
La esclavitud actual adopta una forma diferente, la del esclavo asalariado, e impacta a toda la clase trabajadora. Pero se aplica también a través de la opresión nacional, racismo, brutalidad policial y genocidio del gobierno contra los afro americanos y todas las minorías nacionales. El encarcelamiento racista en masa, es hoy, la forma legal del linchamiento, junto con los asesinatos y la brutalidad policíaca. Las plantaciones de hoy son las comunidades segregadas, empobrecidas, en las que se elimina el gasto social en escuela, salud y recreación. Nada de esto tiene lugar en una sociedad moderna. Y todo esto demanda un rol central en los debates electorales. El racismo organizado por el Estado, la segregación de comunidades y la encarcelación masiva son parte integral de cualquier discusión acerca de la pobreza. Ahora mismo es el momento para organizarnos en éste frente y hacer ésta demanda a los candidatos a través de e-mails, blogs y otros medios.
Las elecciones van a ser usadas por las clases dominantes para pretender que puede haber una “prosperidad compartida” y de que no es necesario el cambio del status quo. Todos quienes estamos en el movimiento en muchos frentes para lograr un cambio real que favorezca a la gente debemos estar muy vigilantes en contra de cualquiera de ésas ilusiones. La violencia de la pobreza y de la opresión nacional son problemas que el sistema existente no puede resolver.
La misma existencia del imperialismo de EUA ha mostrado ser un sistema de opresión mundial, explotación, guerras imperialistas y fascismo. Es un sistema que lleva a la esclavitud de los pueblos aquí y en el extranjero. Los ricos se hacen más ricos e incrementan constantemente la riqueza en menos manos, mientras que los pobres se empobrecen y aumentan en número. La prosperidad de los ricos significa el empobrecimiento del pueblo. Y a causa de que esto está en la base económica de la sociedad, problemas como la pobreza y la opresión nacional no pueden ser eliminados. Se requiere de una base diferente, una base construida por la clase obrera y de acuerdo a su visión de una sociedad que garantice los derechos de todos.
Precisamente lo que el gobierno trata de ocultar, es ésta realidad, que un cambio fundamental implica cambiar la base de la sociedad. En lugar de esto, se supone que debemos resignarnos a vivir en una casa cuya base, sus cimientos están derrumbándose, en una situación en la que nos amenaza el tsunami de la crisis, mientras que el ejército y la policía se esfuerzan por evitar que escapemos y construyamos una nueva sociedad. Organizarnos para componer una ventana rota mientras culpamos a los jóvenes que están atrapados adentro de haber roto el cristal, no soluciona nada. Al contrario, es peligroso, de cara a la crisis que enfrentamos ya.
La crisis que involucra las necesidades básicas, de alimentos, agua y techo y que se expande por el mundo requiere una solución real, incluyendo pasos inmediatos para defender nuestros derechos a satisfacer esas necesidades. Tenemos el derecho y el deber de decirle no a éste sistema podrido y organizarnos para hacerlo basándonos en nuestras demandas y en nuestra lucha por los derechos.
¡Reconozcamos que es un crimen la violencia del gobierno en nuestras comunidades! ¡Luchemos hoy para defender los derechos y para organizar la clase obrera para construir un futuro sin imperialismo!