Palestina: Acción, no palabras
El noble espíritu de la Declaración Universal de los Derechos Humanos está siendo traicionada por la falta de ayuda para Gaza.
Conforme nos acercamos al 60 aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, la cifra de muertos en constante aumento en Gaza resalta la dolorosa brecha entre su retórica de paz y una realidad desesperante para el pueblo.
Tal declaración fue fundamental debido a que la comunidad mundial reconocía "La dignidad inherente así como la igualdad y derechos inalienables de todos los miembros de la familia humana como los cimientos para la libertad, la justicia y la paz en el mundo". Congruente a la nobleza de su espíritu, declara "El advenimiento de un mundo en el que los seres humanos estarán libres de miedo lo que se constituirá en la más grande aspiración de la gente común."
En sesenta años, el destino del pueblo Palestino debería ser una razón universal de búsqueda en cada espíritu. Nunca ha sido tan grande, la necesidad de otorgar un significado sustantivo a la protección de los Palestinos. La previa alta comisionado para los derechos humanos, Mary Robinson ha dicho que en Gaza, está siendo destruida una civilización". Desmond Tutu lo ha llamado "horrible". El coordinador humanitario para el territorio Palestino ocupado, Maxwell Gaylard, dijo que en Gaza hubo un "ataque masivo" a los derechos.
Más recientemente, el comisionado Europeo, describió el bloqueo de Gaza como "una forma de castigo colectivo contra civiles Palestinos, lo que constituye una violación de la legislación humanitaria internacional".
Las cifras fatales para el territorio Palestino ocupado deben sin duda, cuestionarnos acerca de nuestro compromiso en el mantenimiento del derecho a la vida, el más fundamental de todos los derechos, protegido además por una amplia variedad de instrumentos legales internacionales. Más de 500 Palestinos, 73 de ellos niños, han sido asesinados este año como resultado del conflicto - más del doble que la cifra para 2005. Once Israelíes han perdido sus vidas este año. Un informal cese al fuego ha sido bien recibido por Israelíes y Palestinos. Por el bien de la integridad de la vida humana deseamos que tal propuesta se mantenga, a pesar de las recientes violaciones.
El derecho a la libertad de movimiento consagrada en el artículo 13 de la declaración universal permanece como un deseo lejano para muchos Palestinos. El inhumano bloqueo de Gaza - el cual, como muchos oficiales mayores de la UN han dicho, colectivamente castiga a 1.5 millones de personas- y alrededor de 600 obstáculos físicos al movimiento en el Banco del Oeste son un triste recuerdo de la falla de la comunidad mundial para hacer válido tal artículo.
Con un estimado de 10,000 Palestinos en prisiones Israelíes, incluyendo 325 niños, la declaración de que "todos tienen derecho a la libertad y seguridad personal" y nadie deberá ser sujeto de trato cruel, inhumano o degradante tiene hoy una triste resonancia.
Aunado a tales abusos, existen estadísticas que certifican la falta de protección a derechos sociales y económicos. Un sin precedente alto número de Gazianos - más de la mitad- ahora viven bajo la profunda línea de pobreza.
Esta es una crisis humanitaria que ha sido deliberadamente impuesta por actores políticos. Es el resultado de políticas que han sido impuestas al pueblo Palestino. No habrá llegado la hora de revisar tales políticas y buscar un nuevo enfoque? No habrá llegado la hora de cuestionar una vez más nuestro compromiso a los nobles principios de la declaración universal?
La generalidad de todos esos derechos tiene que ver con el derecho a la propia determinación, el derecho a un estado, del cual los Palestinos han sido privados con 60 años de exilio. Los derechos están mejor protegidos dentro del marco de Estado, y nosotros, como agencia de trabajo de Apoyo para las Naciones Unidas debemos proveer asistencia hasta que la situación del refugiado esté resuelta, tal como lo hace cualquier actor humanitario que trabaja en el Medio Este.
El abismo entre palabras e instrumentos legales resulta confuso para muchos Palestinos. El resultado ha sido un aislamiento cruel de la comunidad global, alimentada por la inacción del sistema internacional. En tales circunstancias, el radicalismo y extremismo siembran fácilmente raíces. Pero es posible revertir tal situación, y la protección es el camino para empezar. Hagamos de la protección a los derechos de los Palestinos el punto neural de todas nuestras intervenciones. Hagamos realidad la visión de aquellos que firmaron la declaración universal; seguir fallando en tal logro nos hace culpables a todos.
Karen AbuZayd es el comisionado general de la Ayuda de Naciones Unidas y Agencias de Trabajo.